8 de agosto de 2014

Quilla


Recuerde que ha aceptado.
Piensa ahora en cómo lo dulce puede ser a veces tan dulce y espumoso, lo sé. Es un mousse de nata perfecta perfecto. Una dulzura que la deshoja y la eleva y la abre como si el aire fuera eso que acaricia al hundir. Luego recuerde que desea ser agua de agosto y que suavemente la hienda una quilla para después lamer usted con su espuma de puerto al sol muy despacio, muy despacio.
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