28 de mayo de 2016

Diálogos de amor

I.
-No elaboras sentidos. No construyes nada. No haces nada con este amor. Eres estéril.
-¿Y qué demonios quieres que haga con el amor?
-Construir algo, una teoría, un diamante, paladearlo, hacerlo tuyo.
-¡Es mío!
-No. Es como si vivieras sobre la Tierra pero no fueras consciente de su generosidad. Y no me mires así.
-¿Cómo te miro?
-Con ojos de loco. Enfadado.
-¿Y cómo quieres que te mire?
-No quiero que me mires. Quiero que hables. Que digas algo. Eres como un trozo de madera. ¿No quieres nada?
-Te quiero a ti.
-¿Y cómo puedo saber yo eso? Querrías a cualquiera que cumpliera las mismas funciones.
-Sólo existes tú. Déjame en paz,

II.
-¿Qué me miras con ojos de loco?
-Voy a arder de pureza.
-¿Y qué quieres que haga yo?
-Nada. Esto es cosa mía. No te puedo querer así.
-¿Cómo?
-Duele. Demasiada pureza la de este amor.
-¡Y qué quieres que haga yo?
-Tengo que hacerlo real. Ensuciarlo un poco.
-Ensucia lo que te dé la gana.
De la otra le gustaron las nalgas especialmente. Más que las de ella. Y volvió. Más real, según él. Más tranquilo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Habla, di

¡Recomienda este blog!