22 de marzo de 2017

Órgano

La única habitación interior de mi casa es el cuarto de baño.
Hay un conducto de ventilación estrecho y vertical hasta el tejado. Una vena de aire en el edificio.
Es un órgano.
El viento en él suena como música.
Arrastra nieve de la estepa y polvo del desierto.
Ululan trompas de los ángeles en lo alto, en el oro del paraíso.
Yo entro y me siento en el suelo del cuarto de baño a escuchar.
Veo montañas púrpura y salmón, mares que se levantan.
Porque todo el cielo está en esa pequeña habitación interior.
El costoso avance, cuerpo inclinado, mejillas mordidas por lo inmenso.
El fuego protegido, el frágil parapeto en el linde del bosque, y ya oscurece.
La tundra. Todo en la pequeña habitación, la enterrada en ladrillo.
La emparedada. La madriguera. En la entraña del cielo se gesta la tormenta.
En la entraña del órgano yo escucho.
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