25 de febrero de 2019

Un poema es una piedra

Un poema es una piedra.
Un pisapapeles con tormentas apresadas
o pequeñas caracolas, cuernos de insectos.
Se puede arrojar o poner sobre el estante de la cocina.
Puede ser un regalo o digno de un entierro, una oración,
un condimento, un afrodisíaco, una necedad.
Llorar sobre él es útil.
Golpear tu propia frente con él.


Pero sin bordes no,
no es joya, es soplo sólo y sirve
para refrescar, como una pluma,
como una perreta de niño.

2001
¡Recomienda este blog!