17 de junio de 2021

Las canciones de Bilitis

La casita donde está su lecho es la más hermosa de la tierra. Está hecha con ramas de árboles, cuatro paredes de tierra seca y una pobre techumbre de bálago. 

La amo, porque en ella nos acostamos desde que las noches refrescan; y, contra más frescas son, son también, por fortuna, más largas. Cuando despierta el día me siento, al fin, fatigada. 

El colchón está en el suelo; dos mantas de lana negra tapan nuestros cuerpos que se dan calor. Su pecho rechaza mis senos. Mi corazón late...

Me estruja tan fuerte que me romperá, tan poca cosa como yo soy; pero, en cuanto está en mí ya no hay para mí mundo; me harían pedazos sin despertarme de mi locura. 

Pierre Loüys

Las canciones de Bilitis fueron escritas en 1894 por Pierre Loüys. Son canciones de cuatro párrafos de prosa poética, al menos en español, en que Bilitis cuenta su vida en el siglo VI a.C. Nació pastorcilla y bucólica, vivió en Lesbos, con Safo, y fue finalmente cortesana de Amadonta, consagrada a Afrodita. Las canciones son encantadoras, de un erotismo delicado y claro. 

Pero atención a la dedicatoria de Juan B. Bergua, su traductor, en 1927:

A mi hija Juana, que fue escribiendo estas canciones a medida que yo se las dictaba. 

Hijita de mi cuerpo y de mi alma; Un día (¡siempre demasiado próximo porque dejaré de verte!), mi espíritu -si lo que no es natural puede ser posible-, fuera de esta envoltura carnal que me es tan querida, te circundará impalpablemente y te seguirá a todas partes. 

Y otro (¡siempre para mí demasiado tardío!), tu espíritu libre también vendrá a reunirse con el mío para no separarnos ya. 

Entonces, algunas de las sombras luminosas que nos sientan discurrir felices por los espacios inmensos, exclamarán: "¡Mirad esos dos! ¡Siempre van juntos!"

Pero otras mejor enteradas dirán: "No son dos. Es uno solo que allá en uno de los pequeños mundos oscuros, en una explosión de amor, se desdobló."

¿No es una obra maestra de cursilería? ¿Y no es un libro curioso para una dedicatoria semejante? Él tenía treinta y cinco años. ¿Cuántos tendría su hija, a la que dictaba?


 


¡Recomienda este blog!