14 de abril de 2019

Escucha



Porque falta el cloqueo de gallinas
no son aquellos despertares a la luz
en casa de los abuelos. 
Y tampoco es el fondo del ocaso
porque falta el tintineo de esquilones, 
el tejido de vacas fantasmales.
Están los pájaros, un perro bronco y
ah, el canto del gallo, donde nace el tiempo.

8 de abril de 2019

No recuerdo qué he soñado, pero había agua.
Nada se recorta contra el fondo.
Fuera de facebook, perra.
El paripé ecológico.
Expresionista esta cárcel de columnas torcidas.
El invierno es largo y no puedo alejarme del fuego.
Estaba enferma de querer perdonar.
Dame agua con tus manos.
Pero el hábito maestro era el vino.
Un ángel creciente y rojo fuiste en tiempos.
Ahora quemas plásticos en un río sucio.


Maleza de hace meses.

4 de abril de 2019

El orgasmo novela

¡Hermosura, hermosura! La hermosura será mi perdición. Terminaré zampándomela igual que un perro se zampa un cadáver, revolcándome en ella igual que un perro, terminaré todo pringado y apestando a hermosura. ¡Oh, cómo puede Galveston permitir una exhibición de todo eso! ¡Cómo puede Galveston coger a una ramera de la hermosura y coronarla reina!

Sueños de trenes, Denis Johnson
La amable, sorprendente, bellísima, breve, espeluznante, novela. El orgasmo novela. 

3 de abril de 2019

Él

Nos encantaban los colchones de agua, a mi padre y a nosotras, aunque nunca he probado ninguno.
Nos encantaba el puntillismo. Nos enseñó a dibujar árboles, a pintar árboles, haciendo las hojas con puntitos. Algo tan simple y cómo los demás niños se sorprendían, como si fuera magia.
Nos encantaban los Carmina Burana. Perdón: nos encantaba Carmina Burana de Carl Orf, es decir, que fue el primero disco que tuvimos junto al Rock salvaje de Tequila. Los compramos todos juntos en Galerías Preciados al día siguiente de tener instalado el tocadiscos con los enormes bafles. Bailábamos uno y otro, Carmina Burana y rock salvaje, todo salvaje, en el salón con las cinco ventanas abiertas. Papá imitaba movimientos de ballet mientras nos reíamos y mi madre se llevaba las manos a la cabeza. Se veía lo que hacíamos en toda la plaza.
Nos encantaba ver películas de Tarzán porque sabíamos ya disfrutar de sus recuerdos, los de él. Reíamos con Chita porque reía él.
Nos encantaba. Todo lo que hacía.

1 de abril de 2019

Piedad

Andrzej Wróblewski, Madre con niño muerto

¡Recomienda este blog!