hilo de sombra
Mi rostro es del color del viento. No me quejaré
5 de marzo de 2024
Duelo
1 de marzo de 2024
Morir en paz
Habló así recientemente a uno de ellos; lo sabemos por la enfermera principal, que estaba allí y ayudó a sostener al agonizante. Era uno de esos que para terminar provocan una escena espantosa y no quieren morir de ninguna manera. Entonces Behrens lo llamó al orden: “¡Haga el favor de comportarse!”, Dijo, y el enfermo se calmó al instante y murió completamente en paz.
La montaña mágica, Thomas Mann
24 de enero de 2024
Allí -dijo- entra al servicio del poder que te ofrezca un contrato más cómodo que este: poder comprar la vida de tu hijo con la tuya propia.
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Del mismo modo que la canción se aúna con la voz que la canta, del mismo modo que el camino se aúna con la meta, del mismo modo que los amantes se funden en un abrazo, así el hombre se aúna con su destino, y lo amará como a sí mismo.
El acre del dolor, Isak Dinesen
22 de diciembre de 2023
21 de diciembre de 2023
Anotar el mal
Pero es verdad que escribir no consiste en levantar la mano hacia el cielo.
Escribir no consiste para nada en bendecir.
Escribir es bajar la mano al suelo o a la piedra, o al plomo, o a la piel, o a la página, y es anotar el mal.
P: Quignard, Las lágrimas, cit. Damiano
12 de mayo de 2023
Eisejuaz
Ángel del anta, haceme duro en el agua y en la tierra para aguantar el agua y la tierra. Ángel del tigre, haceme fuerte con la fuerza del fuerte. Ángel del suri, dejame correr y esquivar, y dame la paciencia del macho que cuida de la cría. Ángel del sapo rococo, dame corazón frío. Ángel de la corzuela, traeme el miedo. Ángel del chancho, sacame el miedo. Ángel de la abeja, poneme la miel en el dedo. Ángel de la charata, que no me canse de decir Señor. Díganme. Vengan aquí; prendan sus fuegos aquí; hagan sus casas aquí, en el corazón de Eisejuaz, ángeles mensajeros del Señor. Ángel del tatu, para bajar al fondo, para saber, cuero de hueso para aguantar. Ángel de la serpiente, silencio. Vengan, díganme, prendan sus fuegos, hagan sus casas, cuelguen sus hamacas en el corazón de Eisejuaz.
***
"Mensajeros del Señor, vuelvan. Vuelvan para que pueda hablar al Señor.” Quedé sin fuerza. Quedé enfermo. Sin fuerza para levantarme, para trabajar en el aserradero. Abajo de un quebracho. Allí vi las arañas y una bandera que habían tejido desde el quebracho hasta el incienso, y allí estaban todas como las estrellas en el cielo. Yo pensé: “¿Irá tal vez a tejerse una tela para mi corazón?” No tenía fuerza, ni pude abrir los ojos. Y lloré. “¿Qué te hice para que me retires tus mensajeros? Ahora me tengo que morir.” Vacío de mensajeros, el corazón se estaba por apagar. Hueca, el alma por irse. Dije: Tanto sufrimiento, mi mujer no puede aconsejarme. Qué te hice yo. ¿Para esto me compraste?” Vi las arañas como pájaros en las lagunas, como pescados que bajaron por el río, todas juntas en la bandera tejida desde el quebracho hasta el incienso. “¿Una red se irá a tejer para pescar a los mensajeros y pegarlos de nuevo en mi corazón?” Pero nadie no me contestó.
28 de abril de 2023
Sin euforia
Sin euforia.
Que cada día sin terror no sea un triunfo.
Y que la paz no sea un triunfo. Que nos tome sin euforia en su regazo.
Así, tranquilamente lo pequeño sin euforia, no lanzados, no caída. Sin euforia
y sin chirrido saborear lo suave casi aire casi nada sin euforia ni estridencia sin euforia
atravesar la tentación, atravesar la pena, existe, dime, la alegría sin euforia, atravesar las olas y la espuma sin euforia, dime, existen sin euforia los felices días del pasado y del futuro sin euforia. Sin duda existen la mirada sin euforia, la ternura sin euforia.
Albergaremos en la boca todo el cielo, sin euforia.